JAMES RANDI

“Cuando la ilusión señala la verdad” No puede haber mejor titular que vemos en este reportaje de el diario español El País para hablarnos de un mago James Randi que persiguió a los fraudes científicos, pseudociencias etc. Randall James Hamilton Zwinge desenmascaró a muchos fraudes entre ellos a Uri Geller. El parapsicólogo que aseguraba doblar cucharas o reparar relojes con su mente. Algo totalmente falso.
A partir de aquí reproducimos su biografía extraida de wikipedia Trabajó como ilusionista profesional y escapista desde los 
años cincuenta en un programa en directo para la televisión titulado Wonderama (en 1955), donde aparecía como «The Amazing Randi» (‘el asombroso Randi’). En los años setenta se dio a conocer internacionalmente cuando retó públicamente al mago y militar israelí Uri Geller (1946-). Randi acusó a Geller de no ser más que un charlatán que usaba trucos conocidos entre los magos para hacerlos pasar como poderes paranormales, e insistió en su reto en el libro La magia de Uri Geller. Este respondió a Randi con varias demandas judiciales, y su rivalidad continúa desde hace ya tres décadas.

Randi insiste escribiendo varios libros en los que ataca las creencias populares en lo paranormal. También ha denunciado fraudes con los que algunos charlatanes obtenían ganancias ilícitas. En su Proyecto Alfa se propuso esencialmente terminar con la investigación paranormal a nivel universitario. Randi desenmascaró al curandero Peter Popoff, lo que conllevó la pérdida de influencia y popularidad de este.

Randi fue cofundador y miembro prominente del CSICOP, hasta que dimitió a causa de las demandas que Uri Geller interpuso contra él, para que la organización no se viera afectada.

El caso Benveniste y la memoria del agua[editar]

En 1988, el autoproclamado «factible premio nobel» Jacques Benveniste envió a la prestigiosa revista Nature un artículo que causó mucho debate en la comunidad científica, en el que exponía una serie de experimentos sobre la degranulación de basófilos disparada por anticuerpos IgE (del grupo de la inmunoglobulina E) muy diluidos. Benveniste decía haber descubierto que algunos compuestos, que eran reconocidos por los anticuerpos, eran reconocidos incluso si eran disueltos en agua muchas veces. Estos hallazgos parecían apoyar el concepto de homeopatía. Los biólogos estaban desconcertados por los resultados de Benveniste porque en las altas disoluciones de Benveniste, más de mil veces (equivalente a una gota de ingrediente activo en todo el océano terrestre), no quedaba ninguna molécula de la muestra original. Benveniste concluyó que la configuración de las moléculas en el agua era activa biológicamente; es decir, el agua podía mantener la forma como si estuviese la molécula disuelta en ella. Ante la incredulidad del equipo editorial de Nature, pero respaldado por la fiabilidad de algunos artículos que habían ya sido publicados por Benveniste, el estudio fue publicado en el número de junio de 1988, con la condición de que el experimento debería ser reproducido bajo la atención de un equipo de evaluación, conformado, entre otros, por James Randi.

El 4 de julio de 1988, el equipo llegó a París para hacer la investigación. El experimento separaba dos tipos de probetas, uno con agua homeopática y otro con agua normal (control) y luego se sometían al test de degranulación de basófilos. El equipo de Randi se concentró en los registros del laboratorio y examinó siete intentos para replicar el estudio de Benveniste. Tres de los cuatro primeros intentos salieron favorables en parte a Benveniste. Sin embargo, el equipo de Nature no estaba satisfecho con el rigor de la metodología. El equipo notó que el hecho de que Benveniste supiera cuáles eran las muestras homeopáticas y cuáles las de control, podría influir en los resultados del experimento. De esta forma, el equipo tomó las muestras homeopáticas, así como las de control, y las cambió de lugar para luego designarlas con un código que solo ellos conocían. El código, como sugirió Randi, fue colocado en un sobre y luego pegado en el techo del laboratorio a la vista de todos.11

De esta manera solamente el equipo evaluador sabía cuáles eran las muestras de control y cuáles eran las homeopáticas. Como esperaba Randi, cuando el equipo de Benveniste ignoraba el origen de las muestras, los resultados no mostraron diferencia entre las disoluciones y el control. Como respuesta a la negativa de Benveniste para retractarse, el equipo publicó en el ejemplar de Nature de julio de 1988 las siguientes críticas al estudio original de Benveniste:12

1. Los experimentos de Benveniste estaban «mal controlados estadísticamente» y el laboratorio no estaba familiarizado con el concepto de error de muestreo. El método para tomar valores de control no era fiable y «no se había hecho ningún esfuerzo sustancial para excluir el error sistemático, incluyendo el sesgo o prejuicio del observador».

2. «La interpretación se había difuminado por la exclusión de medidas que chocaban contra lo que se buscaba». En particular, «la sangre que no se degranulaba era grabada pero no se incluía en los análisis preparados para la publicación». Además el experimento a veces fallaba completamente durante «periodos de varios meses».

3. Había una insuficiente «evitación de contaminación» y en una gran proporción «la fuente de sangre para los experimentos no está controlada».

4. El estudio no había revelado previamente que «los salarios de dos de los coautores del artículo publicado fueron pagados por contrato entre el INSERM 200 y la compañía francesa Boiron et Cie».

5. «El fenómeno descrito no es reproducible». «Creemos que los datos experimentales se han asentado sin ninguna crítica y sus imperfecciones no se han reportado adecuadamente».